
Ir a palenque se convirtió en una experiencia muy personal y muy fotográfica, resulta que mi primer contacto con la fotografía fue a mis 20 años y estaba en una conferencia sobre todo este tema fotográfico y un expositor por cierto africano, contaba que en África se dice que al tomar una foto al rostro de las personas se roban el alma, eso me quedo sonando hasta el día de hoy.
Tanto así que yo casi nunca tomo foto de personas y vale la pena aclarar que no soy fotógrafa es mi hobbie y otra de mis pasiones, en ese orden de ideas al llegar a palenque recordé esa historia, y que cosas tiene el universo todas las fotos que tome fueron de rostros y además quedaron tan expresivas que olvide por completo mi premisa de que las fotos a las personas les roba el alma.
Vale la pena resaltar que cuando se vende un servicio, como es un intangible todo reside en la percepción y las expectativas del cliente, porque si logra conectarse con la marca el proceso su venta es un éxito. En la caso de la visita a Palenque lo primero a pensar es que es un destino para un público especifico con características e intereses particulares lo importante aquí es rescatar la forma en que el cliente puede conectarse con el destino, en mi caso yo absorbí totalmente el contexto y lo exprese a través de la fotografía pero puede suceder que los turistas se conecten a través de la música como paso en el viaje muchos bailaron y se sintieron identificados.
Para crear una experiencia de marca incluso para este caso el cliente debe identificarse con el servicio que se ofrece, entonces hay que buscar esa conexión.